Thursday, April 26, 2007

juegos de ingenio, cifrados secretos

Cuando era un niño veía con ganas a los espías y agentes. Ellos usaban sistemas cifrados para esconder sus mensajes, y que otros agentes descifraban. Que maravilla era la vida de los agentes secretos, ocultos, de puntillas, con sus autos secretos con armas secretas, las hermosas espías, un muy buen traje. Pero lo mejor eran los juegos de ingenio, esos maravillosos juegos de cifrados sobre cifrados, saber mucho, ser elegante, ser galante y además un hábil luchador.

Hasta que me toco ser descifrado, jugar al juego cifrado de una persona, ser un espía en un mundo de agentes secretos, cifrar y ser descifrado. recibir un mensaje en clave, secreto a gritos de otro agente. Las historias de héroes no son divertidas para el héroe, es a él que le comen las entrañas por encargo de Dios.

En su libro cumbre, Tolkien habla a través del hobbit, como los héroes no piden sus aventuras, todos preferimos la tibieza del fuego, nadie quiere luchar contra Zeus, nadie quiere vérselas con el destino. Nadie quiere robar el fuego y que le abrán el vientre. Nadie quiere caminar en medio del hielo, navegar en un barco entre demonios, buscar el sol al otro lado del mundo.

Ahora soy un adulto, un hombre que busca un destino, y metido a héroe pienso que el sueño del niño no se cumplirá si no muere parte de mí, que el demonio que debo matar está dentro, ese ha de ser el mensaje cifrado.

Ya no siento deseos de ser James Bond, ni de ser Prometeo, ni Ulises. Quiero que me cierren el pecho, que lo sellen para siempre y que me envuelvan en una frazada, sentado con una taza de chocolate frente a la chimenea.

El frío me ha congelado.

270407

Saturday, April 21, 2007

CLXXXIV

Las tardes del verano
taladran mi sien,
gritos que desgarran
mi descanso eterno.

Un rayo destruye la imagen,
boba imagen sobre la cripta.
Mi figura con un libro en las manos,
ridícula idea del poeta eterno

La lluvia desgarra la loza,
el viento acaba mi lápida,
hace tiempo ya
que la tierra desarticuló mi cadaver.

Eres tú,
en el centro de la lluvia,
vestida de luto
y lanzando rayos a mi pecho

041296

Thursday, April 19, 2007

218

Las voces vuelven a atormentarme
las escucho venir
desde los lugares más insólitos
como el sonido de un reloj
en medio de la impaciencia,
en el silencio.

Y es que no puedo huir ya de ellas,
incluso parecen saber que he de pensar,
como desgarrar mi especie,
como domeñar mi alma
con veneno de sus bocas,
serpenteando en pos de mis sombras

de día sonrío a las gentes
que se me antojan como monstruos
y demonios
de un horrible cuento
de niñas cretinas,
creo sentirme hechizado
por un embrujo de estulticia
que me hace mostrar los dientes

“¿Crees que lo haya notado ya…
eso del embrujo de la estulticia?”
“No te preocupes, éste nos escucha.
Su mente se perderá
entre el electroshock
y la lobotomía”.


190299

Big Bang

¿Es que acaso, el espíritu puede ser perdido?
¿Puede terminarse y agotarse como un pozo lo hace?
A veces pienso que mi espíritu se agota, haciéndome caer.
¿Es que acaso la penumbra y el vacío lograrán,
al fin,
acabar conmigo?

Creo que he perdido esa aura que me rodeaba,
dejando entrar el vacío a mis huesos.
creo que me he agotado,
como la luz de una breve explosión.
quizá es que sólo tuve
una breve explosión de mi espíritu.
Y que ahora lo he perdido.


180299

Thursday, April 05, 2007

216

Sólo ha pasado el tiempo
alrededor mío
sin querer mostrarme
la marcha ni la caminata,
dejando solo marcas en mi piel
y casi ningún recuerdo
en mí

Vió dios el tiempo y lo bendijo
“Cuan maravilloso es aquel
que hace crecer la vida
y que rasga su blancura
con el tritono de la muerte”

Así como un instrumento
en el blanco de la vida
es el tiempo que ejecuta la música
escrita en las notas de la muerte

Pobre de mí
no he cambiado mis cuerdas.


180299

212

No está permitido al hombre
conocer los hilos
de su destino,
pues se cree
preciso guardarlo de tal pánico.

Sólo algunas, muy pocas, veces
este toca al hombre
y le da el don
del futuro.

Los sombríos ángeles
que lo tienen
vagan meditabundos
y solos
hasta que se solicita
su presencia

Incluso Dios dijo:
“que no sepa tu diestra
lo que hace tu siniestra”

Puesto que cada hombre,
ángel y Dios
con el don de la visión
miró a los ojos de la muerte
y sólo pudo ver
su propio
arquetípico
rostro.


150298

203

Cada vez es más difícil retener
este dejo tuyo en mi sonrisa
el brillo de tu mirada
buscándome

las tardes
de un improvisado verano
eran fieles a nosotros
descuidados y furtivos,
casi amantes.

Hoy mientras camino
con dificultad entre la lluvia
no puedo imaginar
las noches de verano

Cada vez es más difícil retener
un beso tuyo en mi sonrisa
quizá mañana
recuerde quién soy.


230797

202

Las hojas sólo caen
sin entender la pena
que provocan

Esa pena inmensa
y aquel vacío sin fin
que no articula tu garganta
pero está ahí
como una sombra
oculto entre risas
sin alma
y doblegándome.
Sólo caen
una tras otra
mutilando mi recuerdo
- Veo mi tumba cubierta de hojas –

Un dolor aprisiona
un rostro cubierto de escarcha
el frío endurece mi cara
y evito verte
al descubierto
y tu recuerdo cae
uno tras otro mutilando mi silencio
encendido en la hoguera
y esparcido en las cenizas

Sólo caen
una y otra vez
mutilándome,
veo mi tumba
cubierta de olvido.


230797

Wednesday, April 04, 2007

Arena

Presiento haber caído
en una horrible tumba de arena
verborrageada de palabras
que me han hastiado

Con dificultad logro respirar
bajo el peso del sedimento
pesada carga en mis hombros
es morir bajo el arena

Siento repicar un goteo
incesante de mortuorio ritmo
han de ser los gritos
que forman mi tumba silente.

Cuando, con dificultad,
logro asomar mi cuerpo
a la superficie
con ira lanzas
toneladas de arena
sobre mí


300799

El Fuego y la Mariposa

Ella suele sentarse frente a los sauces, de noche, la brisa mueve los delicados rizos sobre su frente, mueve sus alas de seda, recién adquiridas. No se hace mucho se volvió al capullo y las tejió. Sin embargo, la comunidad, el bosque, los demás, nada era lo que pensaba. El volverse alada, el subir a las ramas más altas no fue lo que soñaba antes del capullo. Por eso venía aquí, el lago, la luna, la brisa y ninguno queriendo beber sus flores, ninguno hablando de cosas que sólo eran nadería.

Una vez vio caer una ráfaga de luz desde los árboles, una noche de suave lluvia. Detrás del lago, un as de luz, inmensa, azul, y en medio de todo, el fuego. Esa inquietante figura danzante entre fatuo y temible. Pero luego de la venida de la luz, un estruendo del cielo dejó caer lluvia y viento, llevándose al visitante dorado del cielo.

Esa noche, desde su especial perspectiva vio lo más increíble que pudo ver, entre todas las criaturas que saben cantar y que pueden contar el ayer, nadie vio jamás fuego en el cielo, una rasgadura en la cúpula azul de la noche. Opacando incluso a la señora blanca, vio caer una estrella, a gran velocidad, tras la meseta entre el lago y el monte. Era una vasta distancia, no sabía cuanto, pero incluso volando era un viaje hacia lo desconocido. El estruendo fue mayor que la cascada, mayor que todos los gritos del cielo, mayor que el ansia que ahora inflamaba su pecho.

Bajó rápidamente a su casa, en la parte central del árbol, llevó unas flores algo de néctar, algunas barras de polen y miel. Vio como los demás de la comunidad corrían o volaban, despavoridos, otros elevaban plegarias a la madre árbol, o al demonio del día. Casi compasivamente los miró y voló hacia el monte.

No había volado la mitad de la noche cuando llegó al fuego, este venía a su encuentro, había bajado al valle por ella. Se acercó, lentamente, todo lo que la deslumbra es temible, el mensajero celeste ardía, rehacía todo a su paso. ella sabía que ardería, dorada como el rayo, como la luna, cálida como el sol en sus alas. y coqueteo con el dorado crepitar de las llamas, le amo, sintió que se sobrecogía.

El fuego parecía llamarla por su nombre, parecía mirarla con ojos de luz, parecía desearla como a nadie en el mundo. ella lo miró, y se abalanzó sobre él.

Otros vieron una mariposa caer al fuego y arder.

Entonces comprendió lo que era el amor, el fuego entró en cada espacio de su cuerpo, cubrió de luz sus alas, su pecho de mujer, entró en su corazón, corrió por sus venas, entró en su cuerpo como un amante sediento de humedad. aunque ella ardía, el placer era intenso, dulce, calido como la caricia que siempre soñó recibir.

En el momento en que el fuego la cubría gimió de placer y fue abrazada completamente por las llamas. miró al cielo, creyó verse danzando eternamente con un daimon rojo y blanco, en una piedra sobre el mar, creyó ver su renacimiento, se vio amando a un hombre mágico con aspecto de flama. sintió que el cielo recorría cada espacio de su ser.

En ese momento supo que el fuego es eterno y que amar es no morir.


261206