DESDIBUJARSE
la niebla brota de mis ojos,
moja como la llovizna
desdibujándome como tiza.
El día es gris a mi alrededor,
pesado el aire que carga mi espalda,
filoso el hielo que corta y desangra,
desdibujándome como al barro.
¿Dónde han ido la piedra
y el fuego en mi pecho?
La niebla me envuelve y me aparta,
incluso me oculta por completo,
me arranca, me cubre, me aplasta.
Creo ver en ella, el epitafio
de mi lápida.
180310